Los trabajadores más
antiguos eran también los más optimistas acerca de la competencia que podrán
ejercer contra ellos la tecnología en el futuro. La razón quizá radique en que
ocupan posiciones de más poder y se encuentran más cerca de la jubilación (el
hecho de que los millennials y los empleados rasos se encuentren en las
posiciones contrarias parece confirmarlo)
O al menos eso es lo que
muestran los datos del estudio “The Evolution of Work: The Changing Nature of
the Global Workforce“que el ADP Research Institute ha realizado en 13 países
(aquí el PDF).
Globalmente, sin embargo,
el 55% de los encuestados veían bien que las máquinas se hicieran cargo de las
tareas más repetitivas. La directora de recursos humanos de ADP Reino Unido,
Annabel Jones, lo explica así: “Los empleados pueden tratar de asociarse con
máquinas inteligentes para configurar lugares de trabajo en los que la gente
será libre de centrarse en el trabajo, y no en gestionar a otros en ser
gestionados”.
El debate de la relación
entre puestos de trabajo y avance tecnológico ya ha sido planteado en alguna
ocasión en TICbeat. Y lo expuesto entonces sigue plenamente vigente: las
máquinas no van a ‘robar nuestros puestos de trabajo’, porque los empleos no
son un juego de suma cero; e históricamente, los grandes beneficiados por la
automatización son los más pobres, puesto que abarata cada vez más los bienes
de consumo permitiéndoles acceder a los mismos.
Vía | Quartz
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